El Dr. Mario Silva estuvo presente en la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados

21/Nov/2013

El Dr. Mario Silva estuvo presente en la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados

Acompañado del Presidente del Comité Central Israelita del Uruguay, Ing. Roberto Cyjón y de la Embajadora de Canadá, Sra. Claire Poulin, el Dr. Mario Silva fue recibido el 13 de noviembre en la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados.Alianza de conmemoración internacional del HolocaustoVersión taquigráfica de la reunión realizadael día 13 de noviembre de 2013PRESIDE: Señor Representante Gustavo A. Espinosa.MIEMBROS:Señoras Representantes Orquídea Minetti y Daniela Payssé y señor Representante Gonzalo Novales.INVITADOS:Señor Presidente de la Alianza de Conmemoración Internacional del Holocausto, doctor Mario Silva; señora Embajadora de Canadá, Claire A. Pulin; señor Presidente del Comité Central Israelita del Uruguay, ingeniero Roberto Cyjòn; señora Marie Eve Blais, Analista político junior y señora representante de Asuntos Públicos de la Embajada de Canadá, Denise Servian.SEÑOR PRESIDENTE (Espinosa).- Habiendo número, está abierta la reunión.La Comisión de Derechos Humanos tiene el gusto de recibir al Presidente de la Alianza Internacional de Rememoración del Holocausto, doctor Mario Silva, a la Embajadora de Canadá, señora Claire Poulin, a la representante de Asuntos Públicos de la Embajada de Canadá, señora Denise Servian, a la analista política junior, señora Marie Eve Blais, y al representante del Comité Central Israelita del Uruguay, ingeniero Roberto Cyjon.A todos le damos la bienvenida; los integrantes de esta Comisión los reciben calurosamente y les damos la palabra.SEÑOR SILVA.- Es un placer estar con ustedes aquí. Yo también fui Diputado y miembro de la Comisión de Derechos Humanos, temática que me interesa mucho, y creo que este tipo de Comisiones son muy importantes para los Parlamentos.Es un honor dirigirme a ustedes y representar a la Alianza Internacional de Recordación del Holocausto. El Uruguay fue aceptado como quinto observador de la IHRA en la reunión plenaria celebrada en el pasado mes de marzo. Con esto, el Uruguay ha dado el primer paso para unirse a una alianza de países que tiene la misión de sensibilizar, estudiar y conmemorar el Holocausto. Fundada en 1998 por el Primer Ministro sueco, Göran Persson, la IHRA ha pasado de estar integrada por sus tres países fundadores, Suecia, Reino Unido y Estados Unidos de América, a contar con treinta y un países miembros. Está integrada por delegados diplomáticos, gubernamentales y expertos en temas vinculados con el Holocausto, universitarios, profesionales, investigadores y educadores. La IHRA se rige por los principios expuestos en su documento fundacional -la Declaración de Estocolmo-, que pone énfasis en la importancia de la conservación de las terribles verdades del Holocausto, contra aquellos que lo niegan, para así proteger la memoria del Holocausto como piedra de toque en nuestra comprensión de la capacidad humana para el bien y para el mal.El compromiso de la comunidad internacional con los principios de la Declaración de Estocolmo fue el punto de partida para que muchos países desarrollaran un debate público sobre su historia nacional y reconocieran el papel que habían desempeñado durante la Segunda Guerra Mundial en relación con el Holocausto. Se trata de cuestiones difíciles, sobre lo ocurrido durante la guerra. ¿Qué dicen nuestros países, qué hacen y qué no hacen? ¿Qué es lo que podemos aprender para que eso no vuelva a ocurrir? La universalidad de la conmemoración del Holocausto se puede aplicar a todos los países, independientemente de cuál haya sido su actuación durante la Segunda Guerra Mundial. Canadá constituye un ejemplo en este sentido; nuestra propia historia orienta nuestra actual dedicación a los objetivos de la IHRA. Canadá no vivió directamente el Holocausto pero se vio afectada de muchas formas por esa tragedia. Antes y durante la Segunda Guerra Mundial Canadá adoptó lo que según los especialistas fuera quizás la política más excluyente del mundo desarrollado para con los refugiados judíos europeos: una política que pretendía evitar la llegada a Canadá de judíos que hubieran escapado del Holocausto. La política gubernamental de aquella época quedaba resumida en las pocas palabras de un funcionario de emigración, que al ser preguntado sobre cuántos judíos debería admitir Canadá, respondió: “Ninguno es demasiado”.La experiencia canadiense del Holocausto es la de un país que ha sido afectado profundamente y modificado por los cuarenta mil sobrevivientes que allí se refugiaron después de la guerra. La comunidad de sobrevivientes del Holocausto de Canadá es actualmente la tercera del mundo.Existe una tendencia a considerar al Holocausto como algo exclusivamente del pasado. Yo no estoy de acuerdo con eso. Conocer los antecedentes, el propósito y la trascendencia del Holocausto es fundamental para sensibilizar al público y movilizar fuerzas con el fin de luchar contra las mentalidades y estereotipos que lo hicieron posible. La conmemoración del Holocausto tampoco es una responsabilidad exclusiva de la comunidad judía. Las Naciones Unidas lo han reconocido en su decisión de establecer el Día Internacional del Holocausto el 27 de enero. Este trabajo de memoria y responsabilidad recae en la comunidad internacional. Entre los objetivos clave de Canadá como país que preside la IHRA en 2013 está la sensibilización internacional en torno a nuestro organismo y las acciones universales que se derivan del Holocausto, un trabajo en estrecha vinculación con sus aliados internacionales permanentes: la ONU, la UNESCO, el Consejo de Europa, la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea y la Conferencia de Naciones.La lucha contra el antisemitismo es otro de nuestros objetivos y me complace decir que los países miembros de la IHRA se pusieron de acuerdo acerca de una definición de trabajo sobre la negación y distorsión del Holocausto en una reciente reunión del plenario en Toronto, Canadá. Esta definición ayudará a los Estados a tratar mejor estas cuestiones y viene a completar la firma por parte de Canadá del Protocolo de IHRA contra el antisemitismo que se elaboró en la Segunda Conferencia de la Colegiación Interparlamentaria de Lucha contra el Antisemitismo -hoy estuvimos con el Diputado Daniel Fernández, que estaba presente en esa Conferencia-, en noviembre de 2010, a la que asistieron parlamentarios y expertos de más de cincuenta países.Tenemos la obligación individual y colectiva de luchar contra todas las ideologías que excluyen a grupos de personas y que propagan el odio, en la medida en que habiendo racismo y antisemitismo, puede haber nuevos actos de genocidio en el mundo. La historia del Holocausto sigue siendo reciente y real. No permanezcamos nunca silenciosos e indiferentes ante la opresión de los otros. Como dijo el Primer Ministro canadiense, Stephen Harper, hay que luchar permanentemente contra los límites de la tolerancia y del respeto hasta alcanzar a estos dolores en todo el mundo.SEÑORA POULIN.- Como Embajadora de Canadá me siento muy honrada de estar en esta mesa y de compartir con ustedes esos momentos en los cuales estamos todos juntos.Quiero felicitar y agradecer a Uruguay porque el 14 de octubre ingresó a la Alianza Internacional para la Recordación del Holocausto. Mañana se va a cumplir un mes de este hecho. Ahora, que Uruguay y Canadá caminan juntos en esta Alianza, se agrega algo más a la relación bilateral, que ya era excelente. Yo creo que, Canadá y, en este hemisferio, Uruguay, somos muy similares, porque defendemos los mismos valores que hacen a los derechos humanos y a la democracia. Todos estamos juntos para desarrollar más democracia, más seguridad y más prosperidad. Creo que un país no puede ser próspero si no tiene seguridad y democracia. Nuestros dos países tienen eso, que es muy importante y es la base de todo lo que hacemos.Una de las prioridades de Canadá es desarrollar esos vínculos entre la gente. Yo creo que eso es importante.La visita del doctor Silva coincide con todas las acciones de promoción de los derechos humanos, con las luchas contra la indiferencia y la discriminación.Gracias por recibirnos.SEÑOR CYJÓN.- Para mí es un doble honor: estar aquí -agradezco como sociedad civil del Uruguay el ser aceptado en esta Comisión de parlamentarios que trabajan por los derechos humanos- y el rol que nos ha conferido la señora Embajadora de Canadá con la presentación en nuestro país del doctor Silva, que a su vez nos honra en su tarea. Estamos en un todo de acuerdo con los conceptos vertidos por ambos.Como ustedes saben, el Comité Central Israelita del Uruguay tiene como una de sus consignas luchar contra toda forma de discriminación: antisemitismo y toda forma de discriminación. Antisemitismo porque somos judíos, y si no lo somos nosotros, ¿quién? -deberíamos serlo todos, pero nosotros en primera instancia-, y contra toda forma de discriminación porque el que discrimina, lo hace con todo; no se discrimina de a pedazos.Queríamos agradecer esta oportunidad y quedar a sus órdenes, como siempre, en lo que humildemente nos sea posible.SEÑORA PAYSSÉ.- Es un gusto darles la bienvenida. Estamos sumamente contentos de que una delegación de estas características visite una Comisión que existe solamente en la Cámara de Diputados; no existe en el Senado. Somos poquitos pero persistentes. Quienes integramos esta Comisión avanzamos, peleamos, y no cejamos en la defensa de los derechos humanos. A veces, la calidad tiene un peso más importante que la cantidad, pero de todas maneras aspiramos a que este ámbito sea priorizado, mirado desde la óptica política como un ámbito de real jerarquía porque, en última instancia, los derechos humanos están vinculados a toda la acción cotidiana de los gobiernos, los pueblos, la vida de la gente.Reitero la bienvenida a esta Comisión en particular y celebro la noticia de que Uruguay esté integrando esta alianza. Celebro también lo que puede ser el trabajo de esta alianza según lo que hemos conversado con la señora Embajadora de Canadá, con quien nos hemos encontrado en diferentes ámbitos.Ayer concurrí al Comité Central Israelita para rememorar una vez más la Noche de los Cristales Rotos, presagio de lo que iba a ser la Shoá. Cada vez que vamos, aprendemos algo. Cada vez que se enciende una de las velas, en la memoria nos imaginamos las situaciones; vemos a los sobrevivientes, a sus familiares, y respetamos y valoramos enormemente que el pueblo judío haya podido trasmitir la historia, de generación en generación, a pesar de que les habían quemado los libros. Por lo tanto, estamos totalmente consustanciados con este tema. Nos parece que la declaración del Foro Internacional de Estocolmo sobre el Holocausto toca los puntos vitales de lo que tiene que ser una política de derechos humanos en todo lo relativo a la lucha contra cualquier tipo de discriminación y a la reconstrucción de la memoria como cimiento de las garantías de no repetición.Ayer, en el Comité Central Israelita, una joven describió excelentemente algo que ya conocíamos: el trabajo de dar a conocer en el sistema educativo lo que fue el Holocausto en una forma totalmente interactiva y novedosa para que de alguna forma sean las personas las que digan qué piensan en función de lo que se está haciendo conocer o comunicar.También quiero reivindicar algunas cuestiones que planteó en la misma instancia el historiador uruguayo Gerardo Caetano, que me parece van en la línea de lo que ustedes conversaron y que son la esencia para procurar la no repetición de estos hechos. Él habló de que el antisemitismo existe y que tenemos que seguir luchando contra él, trabajando por memoria, verdad y justicia, trilogía que no puede mirarse de manera separada. Yo comparto esos conceptos que reiteró mucho el historiador Gerardo Caetano. Por otra parte, el historiador planteó algunas alertas que también son de recibo, como la eventual onda de negación del Holocausto que aparece, pero quiero recordar que esa fue la base para contar posteriormente con una declaración universal de los derechos humanos.Asimismo, creo que hay paralelismos en el mundo, aunque no en cuanto a la cantidad de personas que fueron objeto de este genocidio atroz. Hay un correlato en varios de nuestros países en los que dictaduras emergentes por los años setenta también violentaron los derechos humanos, y desaparecieron gente que en este país aún estamos buscando y sobre la que todavía no tenemos respuesta.Celebro que ustedes estén acá, que podamos aproximarnos y formar parte de una alianza de estas características y la posibilidad de tener contactos bilaterales con Canadá en lo que tiene que ver con estos temas, como dijo la señora EmbajadoraLa discriminación de toda índole, y la discriminación en este caso, tiene diferentes caras, diferentes formas de penetración -a veces subliminales-, y no nos damos cuenta. Los pueblos tienen que estar alertas y fomentar, a través de la educación y de la cultura la garantía de no repetición. En ese sentido, respeto muchísimo la transmisión de memoria que el pueblo judío hace todos los años en el Comité Central Israelita del Uruguay. Esto nos tiene que encontrar a todos juntos, no solo en el Uruguay sino a través de las alianzas internacionales a fin de luchar contra situaciones pavorosas como esta que hizo que el pueblo judío pasara todas las vicisitudes que ya sabemos y que no vale la pena reiterar. Creo que tenemos la obligación moral y ética, y nosotros en este caso política, de trabajar para que esto no se repita en el mundo, y para que, tal como dijo Gerardo, la Memoria -con mayúscula-, la Verdad y la Justicia sean un norte a trabajar conjuntamente con la educación, transmitiéndolas de generación en generación como hace el pueblo judío con todo lo que sucedió en aquellos aciagos días y meses en los que decenas de miles, millones de judíos, fueron exterminados por el solo hecho de ser judíos.SEÑOR NOVALES.- Doy la bienvenida a la delegación. Nos llena de orgullo y satisfacción tener un intercambio con personalidades tan valiosas en el ambiente internacional y con compatriotas nuestros que también integran la delegación. Con respecto a la buena acogida que Canadá dio a las personas que venían huyendo de la barbarie que estaba sucediendo en Alemania -entre otros lugares- antes de la guerra, como mencionaba el doctor Silva, quiero destacar con mucho orgullo que nuestro país, la pequeña República Oriental del Uruguay, se caracterizó desde siempre por ser un país de bienvenida y acogida para todos los inmigrantes. Especialmente en los momentos muy difíciles, el nuestro fue un país de puertas abiertas para la colectividad judía, que hoy se ha integrado totalmente a la República. Además, desde el punto de vista institucional, fue fundamental con su voto para la creación del Estado de Israel, y esto nos llena de orgullo. Hasta el día de hoy, y creo que por tiempos eternos, Israel y sus ciudadanos agradecen a la pequeña república sudamericana que posibilitó con su voto la creación de su Estado. Estamos en la misma sintonía, muy contentos y absolutamente de acuerdo.El motivo principal de vuestra visita lo considero muy oportuno porque se están dando brotes de antisemitismo en diversos lugares del planeta, y lo peor que puede hacer una sociedad internacional es mirar las cosas con indiferencia; no podemos ser indiferentes, tenemos que actuar. Evidentemente no son lo mismo los pogromos del siglo XIX que los que pueden suceder en el siglo XXI. Hoy tenemos otra mentalidad, otra manera de comunicarnos; estamos enterándonos prácticamente “on line” de lo que está sucediendo en el mundo y, por lo tanto, no podemos ser indiferentes; tenemos que actuar urgentemente al más mínimo brote. Lamentablemente, cada vez que hay problemas económicos la comunidad judía es señalada como la “culpable” entre comillas, o sea, es culpabilizada, Eso fue especialmente grave en Alemania porque fue el punto de vista de la teoría Nacional Socialista y uno de los mitos en los que se basó la tiranía mesiánica y totalmente endemoniada de Adolfo Hitler. Este concepto ya había sido plasmado en su obra “Mein Kampf” pero la política antisemita venía de antes. Para su teoría totalitaria se basó en un mito, como puede haber sido el corporativismo para el fascismo o la lucha de clases para el comunismo. Entonces, lamentablemente, la colectividad judía, que estaba integrada a la vida alemana, que había luchado en defensa de su patria en las guerras del siglo XIX y fundamentalmente en la Primera Guerra Mundial -inclusive con muchas condecoraciones por heroísmo-, a raíz de la crisis económica fue acusada, por este personaje tan triste de la historia, de la responsabilidad de los males que agobiaban a Alemania. De esa forma, se comenzó con una serie de sucesos, de persecuciones, de leyes raciales, de prohibiciones para ocupar empleos del Estado y para ejercer determinadas carreras -entre ellas, la medicina-, cuando los judíos eran los que tenían máximas distinciones y capacidades, especialmente en las ciencias, y eran un ejemplo; basta nombrar a uno: Albert Einsten. Él es un ejemplo de lo que significaron los judíos alemanes.Resumiendo, la indiferencia es el peor enemigo en esta situación.Con relación a los brotes de negación del Holocausto, tengo que decir que, lamentable e inexplicablemente, una delegación de este Parlamento estuvo de visita en Irán cuando se dio el mayor ataque por parte de las autoridades de ese país a la consideración del Holocausto. Además, no solo se debe tener en cuenta las amenazas de exterminio de ese país hacia el Estado de Israel, sino también la situación atentatoria contra los derechos humanos que se vive en Irán, sobre todo en lo que tiene que ver con la situación de la mujer. Por eso, reitero que me resultó inexplicable que haya habido una misión oficial en ese país -todavía no lo justifico-, que, además, no consiguió nada positivo.Con respecto al Holocausto, diría que si bien la mayor cantidad de víctimas pertenecieron a la colectividad judía de Alemania, también fueron víctimas los gitanos, los eslavos -con esto, nos referimos, prácticamente, a media Europa-, los comunistas, las personas con identidad sexual diferente.No entiendo cómo es posible que se diga que ese Holocausto no existió. Yo tuve la fortuna o la desgracia de recorrer -cuando no era fácil llegar- el campo de exterminio de Auschwitz- Birkenau. Allí, junto con ciudadanos polacos que estuvieron en ese lugar en esa época -en general, todos los demás hacían como que nunca habían visto nada y como que no sabían de su existencia- pude comprobar la barbarie y la premeditación de la culminación de una política que fue absolutamente terrible para la humanidad.No me quiero extender, porque vinimos a escuchar a los visitantes. Solo quiero agregar que me siento congratulado de poder intercambiar estas experiencias con los presentes.SEÑOR PRESIDENTE.- Quiero decir que destaco como un honor importante el hecho de que sea Canadá el que esté presidiendo esta organización en la actualidad. Me mueve un doble sentimiento: soy uruguayo, pero me siento un poco canadiense, porque parte de mi juventud la viví en Canadá. Reitero que, para mí es muy importante que lo presida Canadá, porque conozco bien a ese país y puedo dar fe de su vocación democrática, pluralista, abierta, proteccionista e integradora en cuanto a la valorización y, fundamentalmente, a la promoción de los derechos humanos.Los colegas han hablado muy bien y han hecho un resumen muy claro y preciso de lo que piensa nuestro país sobre el Holocausto. Dejo constancia de que comparto todo lo expresado por ellos.En lo personal, voy a ser muy breve, dejando latente una pequeña reflexión: en realidad, ¿cuánto ha aprendido la humanidad del Holocausto? Todos tenemos el diagnóstico, todos promovemos la educación y la prevención, pero creo que la humanidad nunca ha hecho un examen autocrítico de cuánto ha aprendido de esto, de cuál es el resultado de ese aprendizaje y de cuáles son los mecanismos que internacionalmente se pueden implementar para frenar el despertar de este germen, que está latente; no ha desaparecido. Un sentimiento tan desencontrado y violento de política de terror y de horror, que sacudió al mundo entero en décadas pasadas, a veces suele despertar -como bien han señalado los visitantes y algunos integrantes de esta Comisión- y dejar algún bostezo preocupante por allí, señalando al mundo que es una situación que aún no se ha erradicado. El resultado no solo debe ser el seguimiento, la educación y la prevención, sino que el mundo entero debe tener un control o, por lo menos, mayor información de cuánto hemos aprendido. Seguramente, es algo utópico, muy difícil. Haremos el mejor esfuerzo para esa promoción y defensa, como sociedades democráticas, respetuosas de los derechos humanos.Quiero decir, con orgullo, que Uruguay tiene la Ley Nº 18.768, por la cual se declara el 27 de enero de cada año el “Día de Recordación de las Víctimas del Holocausto”, a los efectos de honrar la memoria y dignidad de las víctimas del pueblo judío y otros colectivos. ¡Vaya si será importante para un Parlamento y para nuestro país contar con una legislación que abarca esta temática! ¡Vaya que es importante para nosotros este tema!Además de la presencia de la señora Embajadora de Canadá, deseo agradecer particularmente la presencia del representante del Comité Central Israelita del Uruguay, con quien hemos compartido muchas “Noches de los Cristales Rotos”; lamentablemente, por problemas de agenda, no lo pudimos acompañar el día de ayer. ¡Vaya si esa ceremonia trasciende un bien particular! Creo que es una memoria viva y fresca, que no solo late en el corazón de la comunidad israelita, sino también en el de todos los uruguayos.Asimismo, felicito al doctor Mario Silva, no solo por su trayectoria, por su excelente currículum, sino también por su sensibilidad. Además de representar a esta organización, representa a un país muy hermoso, como es Canadá -lo digo con total afecto-, y en definitiva nos representa a todos.En nombre de la Comisión, les agradecemos su presencia y entregamos un pequeño obsequio al doctor Mario Silva, así como una copia de la ley a la que hice referencia.Se levanta la reunión.